Las casas antiguas son como laberintos. Se pasa a los dormitorios a través de las habitaciones.La de esta ventana una vez tuvo una gran chimenea, y siempre ha sido el centro de la casa.
Luego la habitación y la chimenea se hicieron más pequeñas y se convirtió en cocina, donde había una mesa de madera, con un cajón en el frontal, pintada de azul y con un hule con cortes encima. Y el botijo sobre de un plato de losa. Una hornilla conectada a la bombona naranja.
En invierno encendíamos la chimenea y caldeaba todas las habitaciones. Me gustaba sentarme al lado del sillón de mi padre para que me contara historias, mientras fumaba despacio.
Tengo nostalgia de aquellos fines de semana que nos juntabamos todos, con los niños aún pequeños y hacíamos migas y paella en la lumbre, sobre unas estreves, en una sartén muy grande. Recuerdo a los niños preguntando con el plato y la cuchara en mano, "cuánto les queda a las migas".
Había veces que la chimenea echaba mucho humo hacia dentro y aunque hiciera mucho frío había que abrir esa ventana y todo,todo, incluídos nosotros nos impregnábamos de ese olor tan peculiar , que es como los recuerdos, escuece los ojos.
¡Vaya si escuecen los ojos! Hace tiempo que no dejaba escapar lagrimas así, sin dolor, sin rabia, bajan con mansedumbre, y me traen la imagen de mi madre cocinando esas migas que sólo ella era capaz de hacer.
ResponderEliminarGracias.
Pues a mí me gustan mucho tus recuerdos, Loli...pero es verdad que tienen un puntillo agridulce, el de las cosas que ya no van a volver...
ResponderEliminarque bonito es recordar , y que sabio.
ResponderEliminarnos devuelve esos colores y esos olores, esas imagenes tatuadas en nuestras memorias y que nos sirven para devolvernos la humildad que perdemos de vez en cuando.
recuerdo la parte trasera de la casa de mi abuela ,donde hacíamos morcillas en la matanza del cerdo , mientras mirábamos los críos , asombrados aquellos titos(decía mi sabia abuela)y los conejos en sus conejeras.
como nos mentía mi abuela respecto al triste destino de aquellos conejos.
pero que feliz eramos nosotros pasando nuestras pequeñas manos por encima de aquellos animalillos, y sobre todo recuerdo la cara de felicidad de mi abuela al mirar a sus nietos.
por cierto .....que fue de molinillo???
ladyhalcon
Es bonito recordar pero no hay que vivir de los recuerdos, aunque... a veces la nostalgía... nos puede.
ResponderEliminarBonita entrada Loli. Enhorabuena
Elisa, Inma es bueno tener recuerdos y no olvidarlos, aunque piquen los ojos.
ResponderEliminarLadyhalcon, Molinillo te envía muchos recuerdos, ahora sale con amigos y va al cine.
Miguel, darse un chapuzón por la nostalgia a veces es curativo.
Gracias por vuestros comentarios, me encantan.
me alegro que molinillo salga con amigos y vaya al cine , dale un abrazo de mi parte.
ResponderEliminarsi sale con amigos se relaciona y evitara aislarse,eso no es bueno , hay que reírse y divertirse, bastante complicada es la vida para que venga alguien ha hacerte daño.
el cine le hará viajar a mundos grandiosos.
ladyhalcon