Me gustaría que mi barrio estuviera lleno de calles de escritores de ahora: Antonio Soler, José Antonio Garriga Vela, Jesús Aguado, Guillermo Busutil, Antonio Muñoz Molina, Juan Bonilla, José Luis Sampedro, Luis Landero, Pablo Aranda… y de librerías o de un café librería dónde se reunieran de tertulia.
No sé cuánto tiempo lleva esta calle con el nombre de Antonio Soler, pero hora por las mañanas, al pasar por aquí, sentiré que recorro El Camino de los ingleses. Sabré que estoy en Málaga, paraíso perdido.