"El lugar del que procedo es un lugar huérfano de palabras, un lugar que cobra sentido pleno en el gesto del dibujo, el matiz del color, la hondura de la materia. Y el resto, como dijo el gran bardo, debería ser silencio.
Claro que el silencio nos abruma. Detectamos en el silencio una incomodidad natural que nos obliga a arrastrarnos por un bosque de palabras."
Del libro de Ricardo Menéndez Samón "La luz es más antigua que el amor".