Que no, que no puede ser, se dijo. Que con quejarse y compadecerse a sí misma no conseguiría nada, sólo hundirse en esa laguna sin fondo. Así que decidió empacar su soledad y dejarla a un lado, e irse a un lugar dónde hubiera muchas tortugas. No conocía a ninguna, pero le daba igual. Escucharía sus conversaciones, imaginaría sus vidas, hablaría con ellas. Al fin podría abandonar su vida monótona y solitaria. Tal vez funcione, pensó.
Todos mis mejores deseos para que así sea :D
ResponderEliminar¡Mmmmuá!
NO conocía a ninguna, pero daba igual, lo importante es iniciar el camino, la voluntad de caminar y disfrutar de lo que ese viaje nos quiera regalar.
ResponderEliminar¿Necesitas algo más que los ojos para ver la belleza de una flor en el borde del camino?
Besos
Coincido plenamente contigo, hay que proponerse el inicio de algo distinto :)
ResponderEliminarMe sumo contigo y que salga lo mejor
Un abrazote enorme para ti
Besitos
Siberiana, gracias por pasar.
ResponderEliminarEly, es verdad a veces sólo hace falta mirar y ver qué tienes alrededor.
Mili, siempre es bueno avanzar, y arriesgarse aunque cueste!!
Abrazos apretujaos