El arcoíris es uno de los fenómenos ópticos que más me gustan. Pocas veces tengo ocasión de ver ese arco con sus siete colores elementales, y capturarlo con la cámara.
Me hace creer en la magia de la naturaleza.
Así como el atardecer, diferente cada día, con sus juegos de luces y sombras.
Luz que hace a las mismas piedras, luminosas en la mañana, parezcan tristes mientras esperan la caía de la noche.
Me gustan las fotos, hoy en día es dificil ver un arco iris, de niña me acuerdo que era más habitual, y me imaginaba como sería caminar de un estremo al otro, que encontraría, como en la peli del Mago de Oz...
ResponderEliminarBesotes.
Ely, yo de niña soñaba con llegar hasta ellos y poder coger un puñado de esos colores tan bonitos y llevarlo a mi casa.
ResponderEliminarAhora los pocos que veo me parecen menos intensos.
Muchos abrazos
Ojalá los pobres japoneses vean pronto el arcoiris de la esperanza... y todos nosotros con ellos!!
ResponderEliminarUn beso,
Hola preciosa. No creo que ahora existan menos arcoiris, sino que símplemente pasan al lado nuestra y no los vemos, porque tienen que competir con nuestra prisa, con nuestra desgana, con nuestra mirada al suelo en lugar de al cielo, con la luz artificial... pero siguen estando ahí; y seguro que tú, que tienes una sensibilidad especial sabrás encontrarlos y contárnoslo a los demás. Besos.
ResponderEliminarDesde Córdoba, subido en un arcoiris.
Por cierto, aunque me llame "anónimo", creo que sabrás quién soy...
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