Ya casi no quedan casas en esta ciudad.
Las derriban para hacer bloques de pisos. Me sorprende cuando encuentro alguna, escondida en una calle de barrio, un indicio de otra época. Imagino cómo serán sus habitantes y cómo habrán conseguido resistir a la presión inmobiliaria, a la humedad y las goteras del tejado. Y sobre todo al tiempo.
A veces se ven tristes y deshabitadas, otras con unas macetas tomando el sol, si tuviera que elegir una para vivir creo que sería la puerta verde y la fachada encalada.
Las derriban para hacer bloques de pisos. Me sorprende cuando encuentro alguna, escondida en una calle de barrio, un indicio de otra época. Imagino cómo serán sus habitantes y cómo habrán conseguido resistir a la presión inmobiliaria, a la humedad y las goteras del tejado. Y sobre todo al tiempo.
A veces se ven tristes y deshabitadas, otras con unas macetas tomando el sol, si tuviera que elegir una para vivir creo que sería la puerta verde y la fachada encalada.
Aquí en esta ciudad hay un barrio: El Cabañal, que todavía conserva casas así, además son bonitas y alegres, pero pronto pueden desaparecer, a pesar de las protestas, se han empeñado en el Ayuntamiento en derribarlas para hacer una avenida que llegue hasta la playa. Y sí es triste porque la mayoría pertenece a ancianos que no tienen otro lugar ni ganas de meterse en un piso.
ResponderEliminarBesotes, Loli
Con lo hermosas que eran las casas de antes... Tenían personalidad y le daban sabor a la ciudad. Por esa zona han tirado muchas, y seguro que siguen haciéndolo cuando comience una nueva fiebre de la construcción.
ResponderEliminarSaludos.
En una casa así nací yo, y viví hasta los quince años. Tenía varias grietas, a modo de cicatrices, y de una de ella, al llegar esta época, salía hierbajos y alguna pequeña flor. En casa decíamos: "Ya es primavera en al Espartería Jiménez".
ResponderEliminarBesos con torrijas.