miércoles, 14 de abril de 2010
Chesil Beach (VI) (Cartas de despedida)
Imagen: Dizziness de Iman Maleki
5ºCarta del lector
Málaga, mes de Abril
Estimada señora Florence, el próximo jueves en el Club de Lectura terminamos de comentar “Chesil Beach” y regresará al silencio de un estante en la Biblioteca. Ante todo quiero pedirle perdón por ese otro lector que, cuando no estoy, ocupa mi lugar diciendo que soy yo para tener el placer de sonrojarme. De sobra sabe que sus cartas no me pertenecen, parece como si viviese siempre en verano y el calor lo excitara hasta el punto de contar sus sueños más íntimos. Olvídelo y deje que sufra, así el pecado castigará al pecador. Aunque, si le soy sincero, confieso que me hubiese gustado jugar con usted el juego que le propuso, perdóneme tal atrevimiento.
Únicamente quiero decirle que sospecho que alguien está abriendo mis cartas con vapor de agua, las lee y con cuidado las vuelve a cerrar. No pude ser otro que ese hombre. O Edward, su marido. O ambos a la vez, que se han coaligado contra mí.
Te irás Florence pero quedarás en mi recuerdo: dime antes una cosa ¿Viste en tu marido el rostro de aquel judío? El rostro que no te deja dormir. Fue por eso que cuando tu mano cogió el pene de Edward y un volcán entró en erupción estabas confundida. No podías hacer otra cosa que huir. ¿No es cierto? Hacer lo que tú y yo hacemos cada día: correr.
“Qué poco dura la vida eterna en el túnel de tus piernas…”, canta Sabina en este momento en el equipo de música que tengo en casa, mientras te escribo. ¿Sabes quién es Sabina, Florence? No, porque McEwan no te deja. Pero yo escucho esa canción y aparece en la pantalla de mi ordenador ÉL NUNCA OLVIDÓ AQUELLA NOCHE Y ELLA TAMPOCO.
Sé que todavía, a pesar de los años, tiemblas al pensar en todo aquello y no toleras los esfuerzos que hacen tus amigas para que saques a Edward de tu cabeza. La vida es así, respondes y apuras el té sin levantar la vista, como si sintieses vergüenza. Quizás por eso lees mis cartas, Florence. Quizás por eso, tú como personaje y yo como lector, amamos tanto la vida.
Me despido aquí, gentil señora, ha sido un placer encontrarla y leer sus cartas. Puedo asegurar que en ellas he descubierto un alma femenina en busca de su verdad. No la olvidaré nunca. Mañana a usted Rosa la colocará en un estante y yo saldré a la calle llena de días y horas que no perdonan. Le agradezco de todo corazón esta correspondencia que me ha permitido saber lo que es la vida: un extraño juego en el que dura lo que creíamos sin importancia mientras huye para siempre lo que suponíamos permanente.
Reciba un profundo abrazo de su amigo
El lector de “Chesil Beach”
Querido lector:
Cuanto me hubiera gustado visitar con usted tan pintorescos lugares, como “El Pimpil” o “La casa del Guardia” allá en Málaga. Casi puedo sentir el gusto dulce de ese vino de pasas, el seco y… ¿qué más cosas probaría? No puede imaginar Ud. como me gustaría escapar de mis días tediosos, atrapada entre letras, esperando que alguien abra y lea este libro. O la espera hasta los jueves, para asistir a sus reuniones… Y sobre todo, lo mejor que me ha pasado en toda mi vida de personaje literario, ha sido recibir sus acaloradas cartas.
Me inquieta usted, extraño amigo. Pero a la vez me fascina su manera de hablarme, sin cortapisas, tan directa. Hace que me sonroje y a la vez me sienta viva y desairada. Todo es muy contradictorio en estos momentos en mí. Pronto acabaran de leer la novela y todos me olvidaran, volveré al estante de los libros en préstamo, a ser un personaje incomprendido, uno más de ese libro de nombre raro que nadie recuerda. Que muchos que lo han leído odian.
Mi querido lector, me despido con lágrimas en los ojos, créame, aún a riesgo de borrar algunas de las páginas, desde donde le estaré esperando, siempre …
Florence
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Estos dos están locos. No hay más que leer las cartas.
ResponderEliminarLa señora Florence también está un poco loca.
ResponderEliminarYo digo que la Florence también está loca por cartearse con gente tan rara.
ResponderEliminarHay noches que nunca se olvidan... Como la capacidad de amar a alguien por encima de todas las cosas.
ResponderEliminarUn abrazo Loli
So this is goodbye? :(
ResponderEliminarPonte los ligueros, Florence, si vas a Málaga.
ResponderEliminarQué original esta manera tuya de contar historias.
ResponderEliminarSaludos :)
La historia continua....
ResponderEliminarEs una bella locura.
ResponderEliminarLos personajes son tan reales
Me gustan tus historias, pero quiero más, vale..
Loli, no se olvida una historia cuando ha penetrado en tu corazón. Nunca olvidaré una que leí cuando tenía 12 años, fue mi mejor libro y la recuerdo con una gran sonrisa.
Abrazote
Gracias por estar siempre con tus acertados y bellos comentarios
No es por aguar la fiesta pero me ha gustado mucho más esta relación (o separación) epistolar que la novela en sí.
ResponderEliminarLa leí y sigo pensando que daba para un cuento corto o extenso pero no para unas 180 páginas. Lamento ser tan prosaico pero me han aportado mucho más vuestras cartas, mucho más enriquecedoras e interesantes que Chesil Beach (lástima de novela con un título tan evocador). Saludos.
hola muy buen blog tarde el lugar para dejar mi huella un beso
ResponderEliminar