domingo, 27 de junio de 2010






Entonces hablaba con los soldados de plomo, con los amigos imaginarios y con los ausentes. Yo estaba solo rodeado de voces. Era ventrílocuo. Me colaba en el alma y la mente de las personas, los animales y las cosas. Veía lo invisible. Oía el silencio. Me había construido un mundo a la escala de mis sueños.
Al cabo de los años, ese mundo se esfumó. La edad y las mudanzas fueron los verdugos. Sus habitantes se fueron quedando en el camino, igual que ocurre con los seres queridos de carne y hueso. De vez en cuando los recordaba y era como resucitarlos un instante para luego volver a enterrarlos en el olvido, como relámpagos de luz en un mundo apagado.

Así empieza el relato de este domingo el el diario Sur de José Antonio Garriga Vela, se llama EL PESO DEL TIEMPO, y ahí os dejo el enlace para quién quiera leerlo completo:

http://www.diariosur.es/v/20100627/cultura/peso-recuerdos-20100627.html

viernes, 25 de junio de 2010

La fiebre de las banderas









Creía que sólo en los barrios más periféricos de Málaga ondeaban las banderas dueñas de los balcones, pero ya veo que en el centro, en esos edificios antiguios que parecen estar habitados por fantasmas, también hay pasión por el futbol, porque gane España, aunque sea un sueño casi imposible.
Y con este circo nos olvidamos de otros problemas, de la hipoteca, del paro, de las injusticias y los atropellos que estan pasando en otros lugares del mundo.
Y nos sentimos alegres o tristes porque durante noventa minutos unos tipos en pantalón corto, corran tras un balón, y el hecho de que consigan meterlo entre dos palos, haga que la gente se tire a las calles, que vocee, que una euforia extraña se transmita por todos los rincones.
En caso contrario, decepción y silenco. No sé qué prefiero.
O que estos jugadores cobren sueldos millonarios, consigan o no su objetivo.
El mundo está loco.

lunes, 21 de junio de 2010

Garriga Vela, Solo

SOLO

De pronto, los amigos dejaron de llamarme por teléfono. Tampoco nadie me visitaba. A mí no me gusta molestar y raras veces descuelgo el teléfono ni me presento por sorpresa en la casa de nadie, así que me dediqué a sobrevivir en soledad.

Cuando salía a la calle, en vez de ir pensando en mis cosas me mostraba atento a todo lo que me rodeaba. Buscaba entre los transeúntes una cara conocida, familiar, pero no encontré más que la mirada huidiza de los desconocidos. Al llegar la noche, me tumbaba en la cama y miraba el techo con los ojos abiertos. Me preguntaba qué error había cometido para que me hicieran el vacío de esta manera, pero no encontraba respuesta.

No soy un hombre obsesivo ni paranoico, al contrario, la experiencia me ha enseñado a que no hay que preocuparse demasiado por las reacciones de las personas, porque cada una de ellas es un mundo repleto de pensamientos y yo no puedo colarme en la cabeza de nadie. Pero en este caso, el aislamiento al que me estaban sometiendo era tan absurdo como cruel.

Por las noches revisaba mi conducta de las últimas semanas, hasta que las semanas se convirtieron en meses y los meses en años y yo seguía paseando solo por las calles buscando en vano una mirada cómplice.

Al cavo de cinco años, yo continuaba encerrado en un calvario plagado de sospechas. Durante ese largo periodo de tiempo no me había desahogado con nadie. Entonces se me ocurrió pensar que los demás podían opinar de mí lo mismo que yo de ellos. Creer que los había abandonado, que algún detalle me había molestado enormemente y que no deseaba volver a reanudar las relaciones amistosas. Tal vez me respetaban tanto que no se atrevían a interrumpir mi querida soledad. Esa soledad que yo me había forjado y que me estaba devorando por dentro como una termita. Pensé que la actitud de los demás no era fruto de del resentimiento, ni tenía nada que ver con ningún castigo ni venganza. No era olvido ni desdén sino respeto. Nada más y nada menos. Como si supieran algo de mí mismo que yo ignoraba. Que necesitaba estar solo, descansar o no descansar, pero estar solo, tan solo como un muerto.

Desde entonces han pasado, como digo, más de cinco años. Ahora me trato con otras personas que he ido conociendo en las calles de las ciudades vacías. Sé que llegará el día en que también ellos desaparecerán como pasa con todo: que brota, vive y se extingue. Y yo no haré nada por remediarlo. Me quedaré mirando el horizonte por el que huyen los fantasmas. Luego volverán otros que ocuparán el espacio que aquellos dejaron. Así es la vida. Una sucesión de días y fantasmas que al final se acaban difuminando en la soledad. De vez en cuando suena el teléfono. Suena el timbre de la puerta. Sonrío, como suelo hacer al cruzarme por el pasillo con los habitantes de la soledad.

Relato de José Antonio Garriga Vela, publicado en el diario Sur 20-6-2010


Me sentí tan identificada al leerlo, que le he pedido permiso a José Antonio para compartirlo con vosotros, sobre todo con los que no tenéis asceso al Diario Sur de Málaga.





viernes, 18 de junio de 2010

Saramago, adiós con el corazón...


Qué puedo decir que no se haya dicho ya en todos los medios de comunicación.
Premio Nobel, escritor y ser humano ante todo. Que lo echamos de menos, que nos dejó un gran legado, unos libros de esos que te dejan marca, huella, que ya no ves el mundo igual después de leerlos. Me impresionó "Ensayo sobre la ceguera", me llegó "La caverna", tengo pendientes todos los demás, el de "Todos los nombres" está ahí en la estantería esperando que se me pase un poco el estrés lector.
Os dejo unos párrafos de su libro "La caverna":

Autoritarias, paralizantes, circulares, a veces elípticas, las frases de efecto, también jocosamente llamadas pepitas de oro, son una plaga maligna de las peores que pueden asolar el mundo. Decimos a los confusos, Conócete a tí mismo, como si conocerse a uno mismo no fuese la quinta y más dificultosa operación de las aritméticas humanas, decimos a los abúlicos, Querer es poder, como si las realidades atroces del mundo no se divirtiesen invirtiendo todos los días la posición relativa de los verbos, decimos a los indecisos, Empezar por el principio, como si ese principio fuese la punta siempre visible de un hilo mal enrollado del que basta tirar y seguir tirando para llegar a la otra punta, la del final, y como si, entre la primera y la segunda, hubíesemos tenido en las manos un hilo liso, continuo del que no ha sido preciso deshacer nudos ni desenredar marañas, cosa imposible en la vida de los ovillos y, si otra frase de efecto es permitida, en los ovillos de la vida.

"Se dice que el paisaje es un estado del alma, que el paisaje de fuera lo vemos con los ojos de dentro..."

martes, 15 de junio de 2010

Nada, Carmen Laforet



Esta semana leemos NADA de Carmen Laforet.

Tenía esta novela desde hacía tiempo aparcada en los estantes de mi biblioteca, me habían dicho que era una novela buena, pero yo pensaba que al estar escrita en los años cuarenta en pleno franquismo, no sería muy interesante. Me equivoqué. Proponemos leerla en el club de lectura, y ya en los primeros párrafos me adentra en un espacio y un tiempo inquietante.
Y no puedo dejar de leer.

Andrea una chica de dieciocho años, que llega de madrugada a casa de su abuela y tíos en la Barcelona de principos de los años cuarenta, nos introduce de sopetón en ese mundo, en una casa caótica, donde conviven la miseria y la locura, el amor y el odio mezclados con la familia.

Mucho hemos comentado y leído sobre ella en estos días, que ha salido su biografía hace poco.

He sabido del poco éxito después de Nada, que no fue tan poco, de su angustia a escribir en los años setenta, de su vida: casada y con cinco hijos... Alguien me apuntó que fue una mujer maltratada, de las pocas que se atrevió a denunciarlo, de la incompresión y el ocultismo que rodeo todo esto. Y que los periodistas la atacaban con preguntas como: ¿Prefiere usted sus libros a sus hijos? y después unas de las primeras mujeres que se separa, que viaja, que se enfrenta a la vida y a la vez se aleja de la gente, que como dijera en su novela Nada:

“El único deseo en mi vida ha sido que me dejen en paz, hacer mi capricho...”

Que murió en 2004, presa del mal de nuestro tiempo, el Alzheimer. Imagino cuanto debió sufrir cuando empezara a sentir los primeros síntomas de esta terrible enfermedad, saber que se le borraban los recuerdos, las palabras, la memoria en sí.

También he sabido que NADA, tras El Quijote, La familia de Pascual Duarte o Cien años de soledad, es una de las novelas en lengua castellana más traducida de todos los tiempos.

Sólo me queda añadir que vale la pena leerla, pasar unas horas con Carmen Laforet y su protagonista Andrea y su familia en la Barcelona de la postguerra.

viernes, 11 de junio de 2010

Libros que leo y quisiera leer

Stress de lector, eso es lo que tengo yo ahora.

Después de visitar la feria del libro de Málaga y la de Madrid, tengo una montaña de libros por leer.

Os cuento en la Feria del libro de Madrid pude hablar con algunos escritores, me impresionó la mirada profunda y penetrante de Vila-Matas, la cercanía de Luis Landero, la simpatía de Juan Eslava Galán, la buena memoria de Andrés Neuman, la sencillez de Eduardo Mendoza…

En la foto una pequeña selección de libros, leídos recientemente y por leer.

EL ANORAK DE PICASO de José Antonio Garriga Vela, ya lo he leído en estos días y me ha sentado bien leerlo, perderme en esa mezcla de realidad y ficción por las calles de Barcelona y Málaga.

RELATOS PREMIADOS EN EL X CERTAMEN DE CARTAS DE AMOR, en el que mi amiga Isabel Merino del grupo de escritura Punto y Seguido, ha ganado el segundo premio con su relato “Y dices que no te quiero”. Que sinceramente a mí me gusta mucho más que el primero, pero bueno, ahí está con su flamante premio.

MANHATTAN POR EL RETROVISOR, de José Luis Ordóñez, un libro de relatos con banda sonora incorporada que te traslada en el tiempo y a otros lugares inesperados, con unas historias que no se pueden dejar de leer.

SEIS RELATOS SEIS es un obra escrita por seis escritores malagueños, como son Pablo Aranda, Juan Bonilla, José Antonio Garriga Vela, Justo Navarro, Antonio Soler y Alfredo Tajan, y coordinada por Miguel Ángel Oeste, que representa una estrategia de promoción turística y cultural de la ciudad.
En concreto, es un viaje por la ficción que actúa como un imán, que atrae al lector a conocer Málaga, ofreciendo una nueva visión de la ciudad, una mirada sobre el patrimonio histórico y sobre algunos rincones y lugares que en ocasiones pasan inadvertidos.

POR FAVOR, SEA BREVE 2, una antología de micro relatos editada por Clara Obligado, que me regaló en la feria del libro mi amigo escritor Ximens.

OCHENTA Y SEIS CUENTOS de Quim Monzó, una antología de cuentos que me regaló María también en Madrid y que empecé a leer en el Ave de vuelta a Málaga.

NADA de Carmen Laforet, que lo estamos leyendo en este momento en el club de Lectura de la biblioteca Provincial, y me ha sorprendido la historia que nos narra esta mujer, en un ambiente de posguerra, con unos personajes muy fuertes envueltos en la locura. Es muy interesante.

EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS de Joseph Conrad, que lo terminé la semana pasada y también comentamos en el club de lectura, una denuncia a la colonización y al desastre, es para leerlo despacio sin perderse ni una de sus descripciones ni de sus palabras.

SUICIDIOS EJEMPLARES, de Vila-Matas, después del susto que me dió con la mirada al firmarmelo no me que más remedio que leerlo.

Pues eso, estress del lectora, a tope.