lunes, 19 de septiembre de 2011

Presentación del libro Cuando vivíamos aquí de Punto y seguido


Ah!! no olvideis  que ya no sigo trabajando en esta página porque me daba problemas, y estoy en este otro Cafeteando con loli 2.0

El viernes día 30 de septiembre a las 20h en el Ateneo de Málaga, (entre C/ Compañía y la Plaza de la Constitución), presentaremos nuestro nuevo libro de relatos:

CUANDO VIVÍAMOS AQUÍ...


http://www.youtube.com/watch?v=drmHKFPyV28  (presentación en Yotube)

Siete escritores y nueve ilustradores llenan las páginas con unas historias llenas de emociones y sentimientos, con imágenes  de nostalgias y alguna que otra obsesión y un punto de erotismo. Historias dentro de ocho habitaciones, dónde la vida transcurre a través de esos personajes y su peculiar manera de mirar dentro de sí mismos, y al exterior.


Los derribos -con cicatrices de escalera, desconchones como heridas abiertas, tiras de piel de papel pintado y azulejos caídos- nos gritan cuando pasamos junto a ellos. Son un tratado de arqueología del paso del tiempo, de las paredes sin límites, de los momentos felices y todos sus derrumbamientos. 

Los derribos pueden ser la casa de cualquiera de nosotros cuando vivíamos aquí. 


A modo de prólogo, aunque sin serlo al uso, elegimos una frase de la escritora canadiense Alice Munro para comenzar nuestro libro, pues resume fielmente la idea que tenemos del mismo: 

Una historia no es un camino a seguir, es más bien una casa. Uno entra y permanece ahí por un rato, deambulando de un lado a otro, acomodándose donde más le guste, descubriendo cómo se relacionan los pasillos y las habitaciones entre sí, cómo se modifica el mundo exterior al mirarlo a través de esas ventanas. 

Alice Munro

Deciros que me encantaría que nos acompañarais en este día tan especial. 


jueves, 25 de agosto de 2011

Angel González, ¿Cómo seré...



¿Cómo seré...

¿Cómo seré o
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

sábado, 30 de julio de 2011

lunes, 18 de julio de 2011

Abrazo arbolífero

Bajo ese árbol se encontraban cada tarde. No eran más que unos adolescentes que imaginaban cómo serían sus vidas. Ella quería ser  funambulista, él sería trovador. Marcaron en el tronco  sus iniciales unidas por una flecha que atravesaba un corazón.
Pasaron los años, dejaron de verse bajo el árbol. Decidieron darse un tiempo. Olvidaron sus promesas, se olvidaron de ellos mismos y del árbol que tanto le gustaba escucharlos. Pero él no los olvidó y con ese abrazo de sus ramas les recuerda  que existieron aquellos días, mientras cicatriza, el  corazón incrustado en su tronco.

lunes, 11 de julio de 2011

En la ventana


             Todas las mañanas a eso de las nueve está en el mismo sitio, mira por la ventana, espera la llegada de alguien que le hable, que le cuente cómo pasó el fin de semana, que le diga en qué día de la semana y del mes está.
Le preguntará qué necesita hoy,  mientras la ayuda a ducharse, le toma la tensión arterial y los niveles de glucosa. Ella le pedirá que vaya al super y le traiga leche y yogur, algo de fruta de temporada ( cerezas, sandía y melocotones). Que cuando vuelva limpie un poco la cocina y el baño y le cambie las sábanas a la cama y si le da tiempo le dé un “fregaillo” a la casa. Ella le ayudará en lo que sus  piernas le permitan, limpiará el polvo y colocará todo justo en el mismo sitio, pasará el trapo con mucho cariño sobre el portarretratos de sus hijos, que apenas tienen tiempo de visitarla.
 Repasarán el estado del pastillero y si falta algún medicamento, si necesita llegarse a la farmacia a recoger los pañales. También  prepararán la comida, una sopa del puchero,  una bersa, o una ensaladilla malagueña y de postre para la cena: natillas o arroz con leche.
Hablaran  mientras van haciendo las tareas, hasta que llegue la hora de que se tenga que marchar hasta el día siguiente. Y ella se quedará allí dentro, en su casa, un segundo piso sin ascensor que ya no le permite salir, deambulará por las habitaciones arrastrando sus recuerdos,  se sentará en su sillón, mirará la tele que ya casi no ve ni escucha. Vivirá como suyas las penas de la protagonista de la telenovela,  verá a Juan y Medio y el Diario de Patricia si aún lo emiten y se sorprenderá con lo que la gente es capaz de decir y hacer cuando van a la tele.
A la mañana siguiente volverá a asomarse a esa misma ventana, y mirará a la gente que pasa por la calle apresurada, sabiendo que pronto,  por unas horas dejará de estar sola.

(A mis compañeras y compañeros del curso de "Atención sociosanitaria a personas en  el domicilio"  y a nuestras profesoras, para que pronto tengamos trabajo y alguna abuela nos espere  con las mismas ganas que ésta espera a su axiliar)

lunes, 27 de junio de 2011

José Antonio Garriga Vela, Vida vegetal



Siempre me ha gustado vivir rodeado de plantas e ir aprendiendo de ellas. Me llama la atención su quietud y su silencio. Creo que son los seres vivos más tranquilos que conozco, aunque hay algunas plantas que se enredan en la vida de otras y las asfixian. Los cactus, las rosas y el tronco de ciertos árboles se rodean de espinas para defenderse. Supongo que la experiencia les ha llevado a protegerse. Me he propuesto aprender de las plantas que tengo en casa. Las miro. Me fijo en su evolución y crecimiento. Las veo florecer y marchitarse. Los años no pasan en balde, sin embargo existen multitud de árboles centenarios; mientras que son pocas las personas que alcanzan esa edad.
A veces pienso en lo maravilloso que sería convertirse en árbol. No es lo mismo ser un árbol del bosque que el habitante de una ciudad. Cualquier árbol lleva una vida independiente. No trabaja por cuenta ajena. No hace la declaración de Hacienda. No pasa por altares ni juzgados. No teme a la muerte. Necesita el calor del sol y el agua de lluvia. Se alimentan del aire. Nada más. No les afecta el paro ni la crisis ni la política. Además, los árboles no suelen meterse los unos con los otros hasta hacerse la vida imposible, como sucede con los seres humanos. No se declaran guerras ni se matan entre ellos. Mueren por enfermedad o vejez. Y también porque alguien incendia el bosque. Los seres humanos somos los peores enemigos del resto de los mortales.
Salvo yo, no conozco a nadie que quiera convertirse en vegetal. Cuando lo comento con mi familia y amigos se piensan que hablo en broma. Se ríen y no me hacen caso. Tampoco se han dado cuenta de que apenas hablo ni me muevo desde hace varios meses. Hay quien afirma que me ve mejor, pero creo que sólo lo dice por cumplir. El caso es que me he convertido en un vegetal. Un árbol que no necesita echar raíces para subsistir. Paso el día callado e inmóvil. Me gusta mirar otros árboles: cipreses, sauces llorones, magnolios. Cada cual es como es. Está claro que las personas, los animales y las plantas tienen maneras de ser similares. La diferencia más notable consiste en que las plantas no se abalanzan sobre su compañera para arrebatarle la vida, salvo en rarísimas excepciones.
Las personas más cercanas se han empezado a preocupar por el comportamiento que he asumido durante los últimos meses. Me aconsejan que haga algo, que piense en el futuro, que me quedan por delante unos cuantos años de vida. Soy feliz así, les digo. Pero no me creen, o quizás no me comprenden. Unos piensan que estoy deprimido y otros que me ha ocurrido algo muy grave. Los hay que piensan que me he vuelto loco. No les hago caso. También hay alguien que se queda a mi lado sin preguntar nada y enseguida descubro que ambos nos sentimos felices. 

Publicado en la sección de diario Sur Málaga, Cruce de Vías por José Antonio Garriga Vela, 
el  domingo 25/6/2011.

domingo, 26 de junio de 2011

Las Piedras ¿no sienten?






Dichoso el árbol que es apenas sensitivo
y más la piedra dura porque esa ya no siente...



La primera vez que leí el poema de Rubén Darío me pareció que nunca había estado con piedras y árboles de verdad, que  nunca los observó de cerca ni los entendió.
De pequeña me impresionaba ver las piedras grandes y grises llenas de hendiduras, intentaba ver sus caras,  saber porqué estaban allí, cuánto tiempo llevaban y cómo habría sido su vida. Casi nunca  lograba mi objetivo, pero siempre fueron fieles compañeras de juegos, al igual que los árboles, me gustaba andar por sus ramas, esconderme tras sus troncos y  dejarme despeinar por sus hojas.

Jugar entre las piedras era una aventura. Una me guiñaba un ojo con una media sonrisa, otras tenían una mirada profunda y me escuchaba en silencio,  siempre había alguna mayor que tenía sus propias penas y no le apetecía escuchar a nadie...

Fotos tomadas en Fuente las piedras, Cabra, Córdoba.

martes, 21 de junio de 2011

Calle de Antonio Soler



Me gustaría que mi barrio estuviera lleno de calles de escritores de ahora: Antonio Soler, José Antonio Garriga Vela, Jesús Aguado, Guillermo Busutil, Antonio Muñoz Molina, Juan Bonilla, José Luis Sampedro, Luis Landero, Pablo Aranda… y de librerías o de un café librería dónde se reunieran de tertulia.
No sé cuánto tiempo lleva esta calle con el nombre de Antonio Soler, pero hora por las mañanas,  al pasar por aquí,  sentiré que recorro El Camino de los ingleses. Sabré que estoy en Málaga, paraíso perdido.

sábado, 18 de junio de 2011

Guillermo Pérez Villalta, Las metamorfosis y otras mitologías-Exposición en elCAC






Ayer en el CAC, se inaguró la exposición del artista Guillermo Pérez Villalta, con  el título: Las metamorfosis y otras mitologías. Se trata de una selección de obras de la última década del artista gaditano. Inspirada en las metamorfosis de Ovidio explica: “es la obra cumbre de la  mitología clásica que aborda la creación del Universo y la aparición de los dioses y los hombres, y donde la transformación adquiere una gran relevancia”.
Más de 40 pinturas y una veintena de dibujos, ilustran también otros temas recurrentes en la trayectoria del artista: asuntos bíblicos y evangélicos, luchas y batallas, el patriarcado o el mito del artista.
La exposición muestra unas obras con grandes dosis de imaginación y fantasía,  mostrando a la figura humana representada de forma diferente.  Juega con los colores, las formas, la luz y las sombras, siempre con el cuidado impecable de cada detalle.  Sus cuadros juntos o por separado, transmiten un trocito de historia, de mitología, de luz. 

La vía lactea, El artista meditando… y cada uno de los títulos sugiere una historia ya contada, y otra nueva por contar

Se podrá visitar de forma gratuita del 17 de junio hasta el 9 de octubre de 2011.


viernes, 17 de junio de 2011

Exposición del X Aniversario del concurso fotográfico "Un mundo para todos, superación de las discapacidades"





"  Un mundo para todos, superación de las discapacidades"

Estos días se puede visitar en el centro comercial Vialia, la exposición de  un conjunto de fotografías que no te van a dejar indiferente.

¿En qué consiste la superación? Es posible que superarse  sea sencillamente llegar  a ese lugar dónde no se ha estado nunca,  realizar ese esfuerzo de dar los pasos necesarios y encontrar el camino que lleva hasta la meta.
Muchas personas desde el anonimanto, son capaces de de establecer sus propios horizontes y superarlos, ocasiones en que las metas se alcanzan con el esfuerzo personal o con el apoyo de  otros seres humanos.


domingo, 12 de junio de 2011

Vidas prometidas, de Guillermo Busutil (Tropo Editores)




Estuve en la presentación de este libro en el mes de marzo, hablaron muy bien de él y pensé que los amigos siempre hablan bien en las presentaciones. Empecé a leerlo y a medida que avanzaba por sus páginas me daba cuenta que los amigos fueron sinceros. Recuerdo que José Antonio Garriga Vela habló con emoción de este libro, sobre todo del relato La siesta de Odiseo.  De cómo el autor juega con el amor y el humor, la ilusión y el deseo con un guiño de ironía. Que son trece ventanas abiertas hacia el interior, desde dónde se observa y  se desgranan las emociones y pone palabras al silencio.

El viernes diez de junio tuvimos un encuentro con el escritor Guillemo Busutil en la sede del Taller Paréntesis, moderado por Rafael Camuel, dónde se desgranó cada uno de los relatos.
La poética de este libro, según afirma Guillermo Busutil, es la de las promesas que nos ofrece la vida. Usa una mirada directa y sensible sobre la compleja realidad contemporánea, habla de los hechos infinitos de la realidad, de sus matices.  Cuentos que van  desde la infancia de un niño que vive en el mundo paralelo de su imaginación, de un abuelo que adentra a su nieto en el fabuloso universo de las palabras y sus significados, el cosmos de la literatura, sobre una  maestra de las de toda la vida,  a la que sorprende el destino, de los secretos de una familia que funciona como una empresa, de los entresijos de  la política…
La vida empieza por ser una promesa y acaba por ser «un sueño hipotecado que nunca consigues que te pertenezca del todo», dirá uno de los personajes de «El cumpleaños de Oliver Gide».
Tengo el libro subrayado, con muchas esquinas dobladas y posis de colores. Hacía tiempo que la lectura de un libro no me emocionaba tanto. Podría copiar varias páginas con los párrafos que me más me gustaron, pero mejor os dejo degustar unos párrafos, creo  que merece la pena leerlo completo.
Del cuento LA SIESTA DE ODISEO

―Debes aprender a respetar las palabras, a conocerlas y sentirlas. Saber el misterio que encierran es importante para no caer en los brazos de las palabras….
Los libros son los mapas de la vida. Te enseñan a imaginarte y reconocerte en otros, te abrigan del dolor y de la soledad más fría y son lo mejor que te queda después de haber vivido. En ellos he llegado a conocerme y ya es hora de que empieces tú a descubrir las enseñanzas que encierran.
....
―A veces, deberás perderte y salirte del camino para llegar mejor preprarado a tu destino ―me advirtió el abuelo al dejar La Odisea en su hueco antes de proponerme La isla del tesoro a la que siguió Moby Dick…
....
Ninguna aguja, con un hilo enhebrado, hubiese podido remendar la tristeza abierta en mi corazón. Pero sí que dpodía despedirme a mi manera de aquellos días felices por los que lloraba desde la garganta hacia dentro.

miércoles, 8 de junio de 2011

Almudena Grandes, encuentro con los clubs de lectura de Málaga











http://www.laopiniondemalaga.es/cultura-espectaculos/2011/06/07/almudena-grandes-libro-lectores-texto-libro/427948.html




La tarde del lunes 6 de junio, con algunas mis compis del club de lectura, (Amalia, Puri, Matiloli, Curra, Juana y la que suscribe) , además de otros miebros del club del Cal que se fueron antes de la foto,  en el teatro Cánovas, con la escritora madrileña Almudena Grandes, en el encuentro provincial con catorce clubes de lectura de Málaga,  (entre ellos el de la biblioteca Provincial de Málaga y el club del CAL). 

Este evento  pertenece al Circuito de Dinamización de la Lectura del Centro Andaluz de las Letras,  que este año coincide con la celebración de la 41ª edición de la Feria del Libro. 

En el periódico  la Opinión de Málaga, aseguró que los lectores «son la libertad de un escritor» y valoró la importancia de los clubes de lectura, capaces de «crear lectores en segmentos de edad y socioculturales en los que es prácticamente imposible hacer que la gente lea». 
Contestó a cada una de las preguntas que le hicimos sus lectores, con soltura y haciendo referencias a la literatura y a sus dos grandes pasiones: la lectura y la escritura.

Le pregunté que qué estaba leyendo ahora y me dijo que en este momento leía la novela  Vive como puedas, de Joaquín Berges y cómo descubrió a este autor en un concurso del cual ella era jurado, pero esta novela no fue seleccionada en aquel entonces. También  contó que cuando se bloquea, cocina. Fue un lujo poder escucharla  y compartir con ella esas horas.
Se comentó sobre toda su obra, desde Las edades de Lulú hasta su última novela  que estamos leyendo en el club de lectura del CAL, Inés y la alegría.



viernes, 3 de junio de 2011

41ª edición feria del libro de Málaga


                                                
                                              Manuel&Cía, Casa del libro, caseta nº 38
                                        
                                                  
                                             
                                               Inmaculada,  de librería Lafer, caseta nº 26


Cuando era pequeña mi padre decía que me iba a poner un puesto de turrón, para que pudiera ir de feria en feria, lo que no sabía entonces era que las ferias que me gustan realmente son las del libro. Hoy pasé por la de Málaga y mañana visitaré la de Madrid.
Esta mañana se ha inagurado la 41ª edición de la feria del libro de Málaga, con mucha ilusión por parte de los libreros, afluencia de público que de momento  preguntaba mucho y compra ba poco. Los primeros libros vendidos en Lafer han sido: "Málaga paraíso perdido" de Antonio Soler que irá para Madrid,  Cuentos de la Alhambra de W. Irving, y "Si tu me dices ven, lo dejo todo" de Albert Espinosa, comenta que una amiga suya que no hablaba bien español fue a comprar ternera en una carnicería y en vez de un kilo de ternera pidió un kilo de "Ternura".

Las autoridades,  como ya tienen su voto en el bolsillo, han pasado de largo y con prisas por las casetas, sin saludar a los libreros ni exponerse a que les pudieran vender un libro. Triste pero cierto.
Guillermo Busutil, comentaba el domingo en su artículo LITERATURA S.A. del periódico  La Opinión de Málaga:
 Cuando llega la feria del libro con sus tristezas y preocupaciones escribimos, hablamos y reivindicamos lo mismo, sin llegar a acuerdos, sin unir criterios de trabajo entre todos los  agentes implicados y al final, con la esperanza hipotecada, los libros salen a la calle y se preguntan por qué la gente se vuelca mucho más con las celebraciones militares, con las tradiciones arraigadas, con lo bueno y lo malo de los clichés del pasado y de la memoria, y en cambio se mira con recelo y distancia la cultura como motor de economía, de progreso social y futuro. Lo curioso es que la respuesta está en muchos de los libros que el viernes saldrán a la calle.


martes, 31 de mayo de 2011

lunes, 30 de mayo de 2011

En el número 13






Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.


Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,

cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.

Vivo en el número siete, calle Melancolía.

Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.

Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,

que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.

Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,

ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.

Trepo por tu recuerdo como una enredadera

que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.


Vivo en el número trece, calle Melancolía.

Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.


Una serie de calles que terminan con el número trece.
Casas no aptas para superticiosos.
Escuchaba esta canción de Sabina mientras tomaba las fotos,  confundí el siete con el trece.
La once aunque no sea trece, ni siete, no podía dejarla fuera.

jueves, 26 de mayo de 2011

Sombra y luz


Hacía días, semanas, meses quizá, que no la veía. Casi siempe me sigue por detrás, muy de cerca.
Por fin, he logrado inmortalizarla.

martes, 24 de mayo de 2011

IV Jornadas Literarias del grupo de escritura Punto y Seguido



Un cuaderno, un bolígrafo, una buena tormenta de ideas y  tiempo para escribir.
Un grupo de amigos escritores, un lugar  extraordinario para  argumentar, estudiar, examinar, razonar, tratar, deliberar, contradecir, refutar, debatir.

El grupo de escritura Punto y Seguido está gestando un nuevo libro de relatos. 


miércoles, 18 de mayo de 2011

Isabel Bono, Algo de Invierno






Deseo tener pájaros en la cabeza
tempestad y verano

lo no dicho

deseo dudas cicatrices tu boca
piedras y desierto

que entre raíces crezca la hierba

deseo otra piel arena sueños
abismo memoria vidas

el comienzo del final



Isabel Bono, nuestra querida poeta malagueña, presentó su nuevo libro  "Algo de invierno" de la editoral Luces de Gálibo,  el pasado viernes en Casa del Libro, de calle Nueva.
Traía unas cuantas hojas con poemas, los recitó cómo solo ella sabe hacerlo.  Nos supo a poco, quisimos más, aceptó  nuestras peticiones y nos leyó los que elegimos de su nuevo libro.
Ahí he dejado una muestra, pero aconsejo leer cada una de  las 64 páginas del libro, son de lo mejorcito que he leído en los últimos años.



martes, 10 de mayo de 2011

Por el centro


Calle Larios tiene un algo.
La luz del atardecer le da un toque misterioso.




Siempre me han gustado los pisos de techos altos,  pienso que llamaré y me haré pasar por una posible compradora, sólo  para poder asomarme un momento por el balcón.



Cada vez que paso por esta calle me duelen los ojos cuando veo el cartel de "Remojito" sobre esta fachada, ¿qué habrá sido de los habitantes de la casona? Está en venta y hasta tiene aire acondicionado.
Apunto el número de la inmobiliaria, ¿Podré verla por dentro?




Sin comentarios.
Siguen doliéndome los ojos.

lunes, 9 de mayo de 2011

Ventanas olvidadas


Recuerdo que una vez viví allí.
Tal vez fuera en otra vida
 incluso en otro ser.
Recuerdo que los cristales estaban limpios
y los marcos de las ventanas eran blancos.
Miraba a través de los visillos de encaje
hacia la calle, dónde impaciente
él me esperaba para escapar juntos.
Pero fui cobarde.
Y él se marchó solo.
A partir de aquel día
nos envuelve
con su lentutud implacable
el deterioro del tiempo.