jueves, 17 de diciembre de 2009

El juego del pez plátano


El juego del pez plátano


Suzanne Glas siempre iba vestida de forma elegante, con pantalón y chaqueta negra, camisa rosa y el pelo recogido en la nuca. Ese día hubo una gran tormenta. Olía a tierra mojada, el aire era fresco, aunque enrarecido. El reloj de la estación marcaba las seis de la tarde.

Había cerrado la mercería que regentaba en la calle Madison mucho antes de lo habitual y no llevaba abrigo, aunque hacía frío. La gente caminaba despacio por la calle muy transitada, mientras ella parecía correr sin un rumbo determinado, hablando sola.

―Ver más vidrio, ver más vidrio ¿qué hiciste? ¿Porqué, porqué, porqué? ¡Maldita sea!

Empujó a una pareja que caminaba abrazada y le cortaba el paso, esquivó a un chico que se deslizaba delante de la madre con un monopatín. Por fin llegó jadeando a la estación del tren y se apoyó en el mostrador en la ventanilla de salidas.

―Necesito un billete para el primer tren que salga para la costa. Es muy urgente ―dijo con la respiración entrecortada, mientras se acomodaba un mechón de pelo, que había escapado durante la carrera.

―Lo siento señora, pero no nos quedan billetes para hoy y el próximo tren no sale hasta mañana a las diez ―dijo el empleado de ferrocarril y siguió haciendo montoncitos de monedas del dinero de la recaudación, sin prestar la menor atención a Suzanne que lo miraba temblorosa, con los ojos húmedos.

―¡No, no, no! Necesito un billete ahora mismo. ¡Necesito llegar a tiempo! ¿Es que no me puede entender nadie en esta jodida estación? ¡Está agonizando, puede que le queden sólo unas horas de vida! ―gritó desesperada.

―Cálmese señora ―le increpó el guarda de seguridad que había acudido al escucharla, mientras la miraba compasivo, como si realmente pudiera entenderla.

―¿Qué me calme? ¿Cree usted que puedo calmarme? ¿A caso se calmaría usted… si lo llamaran y le dijeran que su hermano se ha disparado un tiro en la sien y no se sabe por qué extraña razón, aún vive?

―Señora, lo lamento mucho, de veras… ―dijo el hombre fornido descruzando los brazos del pecho y rascándose la cabeza― espere un momento, voy a ver si puedo hacer algo por usted.

Suazanne Glas empezó a sentir como flaqueaban sus fuerzas e iba resbalando la espalda por la pared hasta el suelo.

Con los ojos cerrados imaginaba su cara, la cara de niño perdido… Y lo vio allí a su lado igual que cuando tenía nueve años y le decía:

―Suzanne, Suzanne ¡Vente conmigo a jugar al la cabaña del pozo! Trae tu bañador azul, azul, nos bañaremos en la alberca y jugaremos a buscar al pez plátano…

―Seymour, no te vayas así… Ya sé que me enfadé cuando te alistaste al ejército y te fuiste al frente, que me negué a escribirte. Y que no soporté que te casaras con esa niña malcriada, consentida y cursi de Muriel. Porque sabía que ella no sabría entenderte y sobre todo te alejaría aún más de mí.

Seymour, no te mueras, déjame verte otra vez. Haremos las paces cocinaré ese plato que tanto te gustaba...¿era trucha con plátanos?

Y te volveré a llamar como cuando éramos pequeños: “ver más vidrio, ver más vidrio” y tú te enfadarás cuando te mire los pies y de diga que los tienes de monstruo peludo…

Pero Seymour ya no la escuchaba, desde su inconsciencia lo vio asomarse al pozo y adentrarse en él.

Fin


© Loli Pérez


(Relato escrito para el grupo taller de escritura de Amparo Climet, como continucación del cuento de J.D.Salinger "Un día perfecto para el pez plátano")

6 comentarios:

  1. http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/12/07/_-02055237.htm

    ¡Que la disfrutes!
    Y mil gracias por tus comentarios tan lindos, cariño. Muchos besos.

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  2. Pez Plátano! Qué interesante :) es una minificción bastante peculiar, debo decir que el título me atrapó; demasiado poco usual y muchas coincidencias en mi mente.
    Saludo!

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  3. Pedro Sánchez Negreiradiciembre 19, 2009

    ¡Enhorabuena, Loli!
    Me ha gustado tu continuación del relato de Salinger y tu blog me ha inspirado.
    ¡Yo también quiero uno!
    Un abrazo,

    Pedro

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  4. Coincido con un comentario que tienes hecho.
    El pez plátano es rotundamente genial.

    Bien estructurado tu texto. Me gusta y me gusta mucho tus ánimos y tu asomadas a Blasismos.
    Eres "totalmente TOTAL".

    gracias amiga.

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  5. Hola Loli, ayer publiqué un comentario diciéndote lo mucho que me gusta el relato del pez plátano y el tuyo. ¡¿Por qué será que no salió?! Me censuraste o lo puse mal.
    O es que las brujas.
    Lo cierto es que entré por otra cosa y se me olvidó. ¡¿Qué sería?! Cuando me acuerde vuelvo, entre tanto te dejo un abrazo.
    Le echaré la culpa al relato de Javi que todavía tengo sin descifrar y entre la duda sobre sis mis neuronas están oxidadas o el escrito es descabellado.

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  6. Javier Arizadiciembre 23, 2009

    Acabo de asomarme para tomar un cafetito y me voy sin tomar café, ya que se me derrama por la comisura de los labios, y es que me has dejado con la boca abierta. Me encanta tu blog, así que seguiré entrando cuando pueda con más tiempo. Patidifuso me hallo.
    Dile a Mónica que sí que todo es culpa mía, pero también de ella por hacerme tanto caso.
    Desde Córdoba, con la boca abierta.

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